THG - Capítulo 1
Nuevo estreno en Samsara Novels. Espero que les llame la atención y les guste.
- Lushoot.
Capítulo
1 – No Salgas Cuando Está Oscuro.
‘No salgas cuando está oscuro.’
Esta frase había estado circulando por la Aldea de Ancianos
Discapacitados durante años, pero nunca se supo exactamente cuándo comenzó a extenderse.
Pero, a pesar de todo, la verdad en ella nunca estuvo en duda.
En la Aldea de Ancianos Discapacitados, la abuelita Si comenzó a
preocuparse mientras veía como el sol se escondía lentamente detrás de las
montañas. Al ponerse el sol, los vestigios de sus rayos desaparecieron, dejando
al mundo entero en un repentino silencio absoluto. Ningún sonido podía oírse. Lo
único que se podía ver era la oscuridad que se acercaba lentamente por el
oeste, tragándose a su paso cada montaña, río y árbol antes de llegar
finalmente a la Aldea de Ancianos Discapacitados, y engullirla.
En cada esquina de la Aldea se habían erigido cuatro estatuas antiguas
de piedra. Estas estatuas eran tan viejas y moteadas que ni siquiera la
abuelita Si sabía quién las había esculpido o cuándo habían sido construidas
allí.
Al caer la oscuridad, las cuatro estatuas emitieron un tenue
resplandor en la lobreguez. Al verlas iluminarse como de costumbre, la abuelita
Si y el resto de los ancianos del pueblo suspiraron de alivio.
La oscuridad en el exterior empezó a hacerse cada vez más espesa, pero
con la luz de las estatuas, la Aldea de Ancianos Discapacitados aún se
consideraba segura.
De repente, las orejas de la abuelita Si temblaron al emitir un grito
de asombro.
—¡Todos, escuchen! ¡Un niño está llorando afuera!
—¡Todos, escuchen! ¡Un niño está llorando afuera!
A su lado, el viejo Ma agitó la cabeza y le dijo: —Imposible.
Usted debe estar escuchando cosas.... ¿Eh?, ¡realmente hay un bebé llorando!
Excepto Sordo, el resto de los ancianos se miraron unos a otros al
escuchar el llanto de un bebé que resonaba en la oscuridad desde fuera de la
aldea. ¿Cómo podría aparecer un bebé cerca, cuando la Aldea de Ancianos
Discapacitados estaba ubicada en un área tan remota?
—¡Iré a echar un vistazo!
La Abuelita Si se agitó un poco y luego corrió al lado de una de las
estatuas de la aldea. El Viejo Ma inmediatamente se apresuró al lugar también. —¿Te has vuelto loca Vieja Si? ¡Dejar el pueblo cuando está oscuro
significa la muerte!
—Las cosas en la oscuridad le
temen a la estatua de piedra. ¡No moriré tan rápido si saco esta estatua del
pueblo!
La Abuelita Si se inclinó mientras intentaba llevar la estatua de
piedra. Sin embargo, como era jorobada, no podía llevarla en la espalda.
El Viejo Ma agitó la cabeza: —Déjame
hacerlo. ¡Te ayudaré a llevar la estatua!
Otro anciano que estaba a un lado caminó cojeando y dijo: —Viejo Ma, no podrás llevar esa estatua de piedra por mucho tiempo con
sólo el brazo que te queda. Con mis dos brazos intactos, será mejor que me
dejes hacerlo.
El viejo Ma lo miró fijamente. —¿Aún
puedes caminar con tu pierna coja, Maldito Lisiado? Puede que sólo me quede un
brazo, pero con su fuerza es suficiente.
Estabilizó su postura mientras llevaba la imposiblemente pesada
estatua con su único brazo. —Vieja
Si, ¡vamos!
—¡Deja de llamarme vieja
maldita*! Lisiado, Mudo, y los demás estén muy atentos. Ya que al pueblo le
faltará una estatua de piedra, ¡asegúrense de no permitir que las cosas en la
oscuridad entren!
.....
Mientras Viejo Ma y la Abuelita Si salían de la Aldea de Ancianos
Discapacitados, cosas extrañas y desconocidas flotaban a través de la oscuridad
que los rodeaba. Sin embargo, mientras la estatua de piedra brillaba
resplandeciente, todos ellos gritaron extrañamente y volvieron a la oscuridad.
Después de seguir el llanto del bebé durante unos cientos de pasos,
Viejo Ma y Abuelita Si avanzaron y llegaron a una enorme orilla de río. De ahí
venía el llanto del bebé. El tenue resplandor de la estatua de piedra no llegó
lo suficientemente lejos, por lo que ambos tuvieron que escuchar atentamente la
dirección en la que provenía el sonido, moviéndose río arriba. Después de
docenas de pasos, el llanto se escuchó en las cercanías. Al mismo tiempo, el
único brazo del Viejo Ma casi había llegado a su límite. La Abuelita Si usó sus
brillantes ojos y vio un pequeño resplandor fluorescente a lo lejos. El brillo
provenía de una canasta que se había detenido en la orilla del río. También era
de donde venía el sollozo.
—¡Realmente era un niño!
La Abuelita Si se adelantó para recoger la canasta, pero se sorprendió
al darse cuenta de que no podía. Debajo de la canasta había un par de manos
blancas pálidas que se habían hinchado por el agua del río. Estas manos
sostenían la canasta y al niño dentro de ella, manteniéndolos en el lecho del
río.
—No te preocupes. El niño ya está
a salvo. —la abuelita le dijo suavemente a
la mujer bajo el agua.
Como si el cadáver femenino oyera sus palabras, sus manos aflojaron su
agarre; desapareciendo en la oscuridad cuando fue arrastrada por el río.
La Abuelita Si levantó la cesta, y dentro de ella había un bebé
envuelto en tela. Un colgante de jade que emitía un brillo fluorescente
descansaba sobre su ropa. Tanto el resplandor del colgante como el brillo de la
estatua de piedra eran muy similares, aunque el brillo del colgante de jade era
mucho más débil. Era este colgante el que había protegido al niño en la cesta
de la intrusión de las cosas en la oscuridad.
Como el resplandor del colgante de jade era débil, sólo podía proteger
al niño y no a la mujer.
—Es un varón.
Al regresar a la Aldea de Ancianos Discapacitados, todos los aldeanos
que se reunieron eran viejos, débiles, enfermos y discapacitados. La Abuelita
Si quitó la tela que envolvía al bebé para mirarlo, y los restos de sus
marchitos y dispersos dientes salieron a relucir en una sonrisa. —¡Por fin hay una persona saludable en nuestra Aldea!
Lisiado, a quien sólo le quedaba una pierna, preguntó
sorprendentemente:
—¿Piensas criarlo Vieja Si? ¡Ni siquiera podemos cuidar de nosotros mismos! Creo que deberíamos dárselo a alguien mas...
—¿Piensas criarlo Vieja Si? ¡Ni siquiera podemos cuidar de nosotros mismos! Creo que deberíamos dárselo a alguien mas...
La Abuelita Si estalló en cólera. —Yo, una
anciana, recuperé a este niño con mis propias fuerzas. ¿Por qué debería darlo?
El grupo de aldeanos se volvió sumiso y no se atrevieron a oponerse a
ella. Llevado en una camilla, el Jefe de la Aldea se acercó. Estaba un poco
peor que el resto de los ancianos; al menos los demás tenían sus miembros,
aunque fueran menos que los de un humano normal. Él, en cambio, no tenía
extremidades. Sin embargo, todo el mundo era muy respetuoso con él. Ni siquiera
la Abuelita Si se atrevió a ser insolente.
—Ya que vamos a criarlo,
¿deberíamos darle un nombre? —preguntó
ella.
El Jefe de la Aldea respondió: —Vieja,
¿ves algo más en la cesta?
La Abuelita Si miró la canasta y agitó la cabeza. —Aquí no hay nada más excepto este colgante de jade. La palabra
"Qin" está en el. El jade no tiene impurezas, y también tiene un
poder extraño. Definitivamente no es un objeto ordinario... ¿podría ser de una
familia rica?
—¿Debería llamarse Qin, o su
apellido debería ser Qin?
El Jefe de la Aldea pensó un poco en la pregunta antes de decir: —Que su apellido sea Qin, y que su nombre sea Mu. Qin Mu. Cuando
crezca, que sea pastor. Eso debería ser suficiente para que al menos sobreviva.
"Qin Mu". La Abuelita Si miró al bebé envuelto en telas que
no tenía miedo de ella, y que inesperadamente se estaba riendo sin
preocupaciones.
......
El sonido de una flauta resonó por la orilla del río. Un chico pastor
se sentó sobre una vaca, tocando un melodioso ritmo con su flauta. El chico
parecía tener entre once y doce años de edad, y tenía rasgos delicados; de
labios rojos y dientes blancos. Con su camisa medio abierta, un colgante de
jade colgaba por su pecho.
Este jovencito era el bebé que la Abuelita Si había recogido en la
orilla del río hace once años. Los ancianos de la aldea habían criado al niño
con esmero a lo largo de estos años. La Abuelita Si había encontrado una vaca
para que, cuando Qin Mu era todavía un bebé, pudiera tomar leche todos los días
y sobrevivir al período en el cual los bebés morirían jóvenes. Sin embargo,
nadie sabía de dónde la había sacado.
Aunque los aldeanos de la Aldea eran diabólicos, todos ellos fueron
muy amables con Qin Mu. La Abuelita Si era sastre, y durante casi todos de los
días, Qin Mu aprendería sastrería de ella, también aprendía a como reunir y
refinar hierbas del Boticario, a usar habilidades de desplazamiento del Abuelo
Lisiado, a usar la ecolocalización del Abuelo Ciego y a respirar y exhalar
adecuadamente del Jefe de la Aldea sin extremidades. Como resultado, cada día
pasaba rápidamente.
La vaca había sido su nodriza desde que era un bebé, y la Abuela Si
había planeado venderla, pero Qin Mu era reacio. Por lo tanto, el trabajo de
pastoreo de vacas se le dejó a él.
Qin Mu frecuentemente pastoreaba vacas a la orilla del río, contento
con las montañas llenas de vida y las nubes de color blanco azulado.
—¡Qin Mu! Qin Mu, ¡sálvame!
De repente, la vaca sobre la que estaba sentado comenzó a hablar,
asustándolo completamente antes de saltar de su lomo. Sólo podía ver los ojos
de la vaca llenos de lágrimas, y en un lenguaje humano dijo: —Qin Mu, has consumido mi leche desde que eras un bebé y por eso puedo
ser parcialmente considerada como tu madre, ¡por lo que tienes que salvarme!
Qin Mu parpadeó, y luego preguntó: —¡¿Cómo te
salvo?!
La vaca le dijo: —Tienes
una hoz en la cintura. Córteme la piel y podrás salvarme de quedar atrapada.
Qin Mu dudó.
—¿Has olvidado la amabilidad con
la que te nutrí? —preguntó la vaca.
Qin Mu levantó su hoz y cortó cuidadosamente la piel de la vaca. Era
extraño, pero cuando fue cortada, no salió ni una sola gota de sangre. Además,
el interior de la piel estaba inesperadamente vacío, y no se veía carne ni
hueso.
A mitad de la peladura de la piel de la vaca, una mujer que parecía estar
entre sus veinte o treinta apareció, con ambas piernas todavía envueltas con
las de la vaca. Su piel y la de la vaca estaban conectadas, pero la parte
superior de su cuerpo ya había sido separada de la piel.
Con su pelo revuelto, la mujer agarró la hoz de las manos del atónito
Qin Mu y cortó la piel de vaca de sus piernas en dos o tres movimientos. Su
coraje se convirtió en maldad cuando miró a Qin Mu y le señaló con la hoz,
riendo fríamente. —¡Pequeño engendro vil! Me
convertí en una vaca por tu culpa, y durante once años, ¡sólo pude comer hierba
e incluso tuve que alimentarte con leche! Acababa de dar a luz a mi pobre hijo
antes de que esa bruja conspirara contra mí y me convirtiera en una vaca sólo
para alimentarte con leche! ¡Ahora por fin soy libre! ¡Te voy a matar, y luego aniquilaré
a todos los viejos malvados de este pueblo!
Qin Mu estaba estupefacto y no tenía ni idea de lo que la señora de la
piel de vaca estaba hablando.
Justo cuando la señora estaba a punto de atacarlo hasta la muerte, ella
de repente sintió un escalofrío en el centro de su espalda. Miró hacia abajo y
vio la hoja de un cuchillo que sobresalía de su pecho.
—Mu'er, tu Abuelo Boticario
quiere que vayas a casa por tus medicinas. —el
cadáver de la señora se derrumbó en el suelo. Detrás de ella, sonriendo agradablemente
a Qin Mu y sosteniendo un cuchillo que goteaba sangre, estaba el Abuelo Lisiado
de la aldea.
—Abuelo Lisiado... —el cuerpo de Qin Mu se tornó flácido mientras miraba aturdido la piel
de vaca y el cadáver de la dama.
—Regresa ahora. —Lisiado le
dio una palmadita en el hombro y se rió.
Cuando Qin Mu volvió tropezando a la aldea, se dio vuelta para mirar,
y vio a Lisiado arrojar el cadáver de la dama al río.
El impacto de esta escena fue tan grande para él que ni siquiera se dio
cuenta cuando regresó a la aldea.
—¡Qin Mu! ¡Maldito mocoso! ¿Qué te
dije? ¡No salgas cuando está oscuro!
Al caer la noche, las estatuas de piedra en las cuatro esquinas de la
Aldea de Ancianos Discapacitados comenzaron a iluminarse automáticamente. La Abuelita
Si detuvo a Qin Mu, que estaba planeando salir a hurtadillas de la aldea para
comprobar la piel de vaca, arrastrándolo de vuelta.
—Abuelita, ¿por qué no podemos
salir cuando el cielo oscurece? —preguntó
Qin Mu, levantando la cabeza.
—Cuando el cielo oscurece,
algunas cosas aterradoras se moverán en la oscuridad. Salir al exterior en ese
momento significa una muerte segura. —dijo la Abuela
Si solemnemente. —Las estatuas de piedra del
pueblo nos protegen, y las cosas en la oscuridad no se atreven a entrar en el
pueblo.
—¿Los otros pueblos también
tienen estatuas de piedra como éstas? —preguntó
Qin Mu lleno de curiosidad.
La Abuelita Si asintió con la cabeza. Sin embargo, siguió mirando
fuera de la aldea con una expresión de preocupación, murmurando para sí misma: —Lisiado debería volver pronto.... No debí dejar que saliera. Sólo le queda una pierna...
—Abuelita, hoy pasó algo extraño...
Qin Mu dudó un momento antes de contarle a la Abuelita Si sobre la
mujer que salió del estómago de la vaca. La Abuelita Si respondió con
indiferencia: —¿Estás hablando de esa mujer? Lisiado
me contó la situación. Lo hizo bien. Cuando te destetaron a los cuatro años, yo
quería vender la vaca, pero tú no querías que lo hiciera. Al final, dejé que te
encargaras de ello. ¿Viste lo que pasó? Dije que desarrollarías sentimientos
por la vaca si bebías su leche hasta los cuatro años.
Qin Mu se sonrojó. Cuatro años de edad era definitivamente una edad
tardía para que un niño dejara de tomar leche… pero, eso no era lo importante
aquí, ¿verdad?
—Abuelita, el Abuelo Lisiado mató
a esa señora...
—Fue un buen asesinato. —la Abuelita Si se rió. —Ella hizo
un trato. Habría muerto hace once años. Si no fuera por nuestra necesidad de
cuidarte, ¿habría sobrevivido hasta hoy?
Qin Mu no sabía de lo que estaba hablando.
La Abuela Si lo miró y le dijo: —Esa
mujer era la esposa del señor de la Ciudad del Dragón Fronterizo, que se
encuentra a miles de kilómetros de distancia. El Señor de la Ciudad del Dragón
Fronterizo era muy lascivo, y esa mujer se puso celosa fácilmente. Al Señor de
la Ciudad del Dragón Fronterizo le encantaba salir a cortejar mujeres e incluso
a secuestrar doncellas de familias respetables. Cada vez que el Señor de la
Ciudad del Dragón Fronterizo profanaba la pureza de una doncella, su esposa
enviaba a sus hombres a golpearla hasta matarla. Originalmente, me colé en la
Ciudad del Dragón Fronterizo planeando asesinarla, pero cuando vi que hace poco
había dado a luz a un niño y me percaté de que tenía la leche que necesitabas,
la convertí en una vaca. No pensé que esta mujer lograría liberarse del sello,
hablar y casi hacerte daño.
Totalmente asombrado, Qin Mu gritó: —Abuelita,
¿cómo conviertes a un humano en una vaca?
La Abuelita Si se rió, revelando sus dientes marchitos. —¿Quieres aprender? Te enseñaré.... ¡Oh, ha vuelto Lisiado!
Qin Mu miró hacia atrás y vio a Lisiado cojeando, agarrando una muleta
con una mano y cargando una bestia sobre su espalda con la otra. La oscuridad
inundó la aldea como una marea enfurecida, haciendo que la Abuela Si gritara
preocupada: —¡Muévete más rápido, Maldito Lisiado!
¡Más rápido!
—¿Cuál es la prisa?
Lisiado siguió caminando hacia la aldea a un ritmo constante, y en el
momento exacto en que entró en la aldea, la densa oscuridad la inundó. La
bestia en su espalda, un feroz tigre multicolor, aún estaba vivo. La oscuridad
rozó su cola, y de repente aulló de dolor. Qin Mu corrió hacia atrás para echar
un vistazo y vio que lo único que quedaba de la cola del tigre era hueso. Toda
la piel, el pelo y la carne de la cola habían desaparecido como si algo lo hubiera
devorado todo.
Qin Mu miró hacia la oscuridad que había fuera de la aldea, y su curiosidad
se despertó, pero siendo incapaz de ver algo en ella.
‘¿Qué es
lo que existe en la oscuridad?’
*司老太婆 (Old
Woman Si) es un juego de palabras para 死老太婆 (Damned Old Woman)
Traducción: Lushoot.
Corrección: Lushoot.
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